Vivir desde el corazón implica estar conectados con nosotr@s mism@s.
Incluye transitar y reconocer lo que está pasando en el contexto, en nuestra intimidad y nuestro cuerpo en este momento.
Invita a amigarnos con TODAS nuestras emociones y sensaciones.
Cuando observamos lo que está ocurriendo sin identificarnos tenemos la posibilidad de soltar la reacción mecánica, ver lo que está sucediendo aquí y ahora y considerar todo esto a la hora de tomar decisiones y comunicarnos con el otro.
Cuando estamos despiertos y conectados con nuestro corazón podemos sentir cada situación, no repetir actitudes en función de los condicionamientos del pasado, sino elegir cómo queremos vivir y qué conductas queremos fomentar en el momento presente.
Podemos elegir mirar con compasión en lugar de crítica, con agradecimiento en lugar de resentimiento, con aceptación en lugar de resignación.
Vivir desde el corazón es elegir un camino que se construye únicamente caminando, dando de a UN paso a la vez en dirección a una mirada blanda, inclusiva e integradora.
Es un camino que no basta con decidirlo conscientemente una vez, es necesario recordarlo y volver a elegirlo TODOS LOS DÍAS, momento a momento.
Por esta razón no es un camino corto o fácil, implica mucha energía consciente para transitarlo día a día, para cuestionar y reconstruir lo que aprendimos.
Te invitamos a ver de qué se trata este recorrido, no con el objetivo de llegar a un lugar en especial, sino para descubrir la satisfacción de recorrerlo.
Es un camino donde lo importante no es llegar al destino, sino disfrutar del viaje.
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